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  • Foto del escritorRoger Bascones

ANESTESIAS Y OTROS DERIVADOS

Dolor, tengo mucho dolor, meeeee dueleeeee! Necesito liberarme de él. Ese que me hierve por dentro y no lo soporto más!

–Gritaba mi voz interior de forma sorda, ya que no había manera de escucharla-




Ummmm (pensando)… ah sí! Voy a llamar a mis colegas y nos vamos a ir a fumar unos “canutos de maria”, de esa que te da una “jartá” de reír y te hace olvidar todos los malos rollos. Todo eso de estudiar, trabajar y tener obligaciones. eeeeg! Ni de broma quiero eso! Pero si es un rollazo, no tengo ganas y además me hacen trabajar, exámenes y estudiar fuera de horarios del instituto. Eso no va conmigo, yo prefiero estar por ahí divirtiéndome en el parque, dar una vuelta con el coche y llegar a las tantas a casa, así, estarán todos dormidos y no tendré que dar explicaciones de qué he hecho hasta ahora.

Además, en cuanto mi padre o mi madre me empieza a interrogar me ponen de una mala leche que me dan ganas de romperlo todo! ¿Sabes qué? Me voy a jugar a la Play…


Buaaa me estoy acordando de este fin de semana, vaya fiesta nos pegamos! Llegué a casa ”doblao”! unas rallitas y a fliparlo toda la noche, botellón antes de entrar en el garito y a darlo todo!!!

-Uff otra vez lunes…-gritó la voz de forma gruesa y alicaída-




¿Te suena de algo esto? ¿Tienes a alguien alrededor que le ocurre? ¿Cómo estás gestionando esta situación?


Estamos ante un nuevo paradigma, un cambio total a nivel profundo, valores, ética, moralidad, formas de pensamiento, educación, cultura, etc.


¿Tenemos los padres la educación adecuada para este cambio? ¿El cambio es solo para los jóvenes o también para los adultos?

Todos tenemos algún dolor interno. Cómo gestionamos esta situación es cómo marcar la diferencia. La anestesia puede manifestarse en multitud de formas diferentes. Ya seas adulto o menor… el caso es que no todos tenemos el valor de enfrentarnos a nuestros demonios. Anestesiarse es una fórmula cultural, a través del alcohol, tabaco, drogas y luego vienen las más desconocidas. Aquí entramos en el mundo emocional, por ejemplo la culpa, la tristeza, la rabia… nos convertimos en adictos emocionales y buscando la situación crítica o conflictiva para seguir tomando la adicción como propia anestesia.

También hay quien deja una droga y de pronto se vuelve deportista. La obsesión adictiva de antes la transforma en el deporte de forma obsesiva y en definitiva acaba siendo lo mismo. Ya que si no practicas tu actividad acabas sintiéndote mal (con mono), hasta que encuentras el momento para satisfacer ese impulso. Léase a nivel cognitivo, bioquímico y emocional. Desde el punto de vista físico obviamente tiene beneficios.

Hacerse consciente de estos mecanismos inconscientes que están muy interiorizados, ya sea a nivel neurológico, por cultura, creencias, educación o por las propias experiencias de vida, son nada más y nada menos que programas zombis, que tienen comportamientos propios e identificables, asociados a formas de pensamiento


con sus emociones pertinentes.

Salir de estos círculos viciosos requiere de gran voluntad.

¿Te reconoces en alguno de estos mecanismos? ¿Qué anestesia haces servir para tapar estados dolorosos?

Anestesia, bendita anestesia…


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